En verano los menores corren más riesgo de convertirse en adictos tecnológicos y el tener excesiva exposición a las pantallas puede generar muchos conflictos al volver a la rutina escolar

Una vez más, Eva Artero, técnica en prevención del Servicio Provincial de Drogodependencias de la Diputación de Almería, nos recuerda en Prevención en Onda, que el móvil no es un juguete, sino una herramienta de comunicación para adultos y que, en caso de que se le facilita a los niños un móvil para poder hablar con ellos, el objetivo ha de ser llamarlos o que nos llamen y no que estén conectados a Internet pues no sabemos que uso pueden hacer del mismo. 

En verano, una vez que empiezan con la rutina de coger el móvil a cualquier hora para entretenerse, si no hay un correcto control horario de su uso puede darse un uso excesivo, siendo muy complicado que después dejen este hábito. En verano los niños corren más riesgo de convertirse en adictos tecnológicos y los menores que tienen gran exposición a las pantallas en vacaciones pueden generar muchos conflictos al volver a la rutina escolar.
Además, los menores pueden acceder a contenidos inadecuados, descargar aplicaciones que no son para menores o que, incluso, posteriormente conllevan un coste económico extra, entrar en redes sociales o grupos de whatssap donde pueden entablar relación con personas desconocidas, pudiendo darse situaciones de acoso de cualquier tipo, acceso a páginas para adultos, o incluso que los propios menores puedan compartir contenidos de otras personas que sean contrarios al derecho a la intimidad o la protección de datos personales